miércoles, 13 de enero de 2010

El faro



Nos encontrábamos pisando las estrías de unas calles muy conocidas, pero sin nombre, cuando se encendió un faro en los alrededores y se encendió otro cuando advertí la luna llena.
Nos habíamos cansado de caminar bajo el mismo mapa y mirar los mismos lugares. Habíamos estado en silencio, callados por no molestar a los transeúntes que hablaban gritoneando y haciendo una serie de colores y formas repetidas e interminables. Cuando por fin nuestro silencio le puso pausa a la escena, nos besamos, cautivados por la hermosa iluminación que nos proporcionaba la luna cuando se había apagado el faro de la calle conocida sin nombre. Y seguimos besándonos hasta que advertimos que no solo no había faro, sino que tampoco formas, ni colores, ni luna llena. Reí. Fue un vacío tan lleno que nos tomamos al principio de las manos para no caer en las profundidades de lo oscuro; de pronto, advertí un faro que se veía en dirección a nuestras manos entrecruzadas.

Muy cerca de él nos dimos cuenta de que habíamos andado sin piso y cuando él me miró supe que también recién se había dado cuenta, atemorizados nos abrazamos. Entonces, divisé, detrás de su gran espalda, que había una antorcha de color verde a la que nos aproximábamos de la misma manera en que nos aproximamos al mar teniendo los pies inmóviles y enterrados en la arena.

Alcanzamos la antorcha y, de pronto, desapareció el faro inicial, y cuando él sostuvo la antorcha comenzamos a sentir el piso debajo de los pies; tomados de la mano y con los rostros apaciguados porque los hechos ahora parecían normales el piso hizo un doblez que no dejó que él sostuviera la antorcha, el fuego se apagó y otra vez quedamos en la oscuridad, pero mi mano se había resbalado de la suya al igual que la antorcha. Él gritó, sin que lo oyera. Fue solo que lo sentí cuando estuvo a mi costado y los vellos de mi brazo se erizaron. Sin decir nada busqué su mano, lo sostuve, apareció él otra vez ante mis ojos; a sus ojos, apareció la antorcha, pasamos la curva del sueloy seguimos avanzando mientras retrocedíamos, y encontramos el faro, nuestros dedos entrelazados, el faro de la calle que ahora era desconocida, las formas y colores ya no eran en serie, el tiempo había perdido rapidez, el último contacto de labios, la luna llena y otra vez los dos. Ahora hablábamos sobre el concurso al que no se atreveía a presentarse.

martes, 12 de enero de 2010

Bolaño peligroso


Escribo este post, que tal vez debí escribir cuando descubrí a Roberto Bolaño. Esta vez solo quiero decir que es un autor peligroso: cada vez que intento leer Los detectives salvajes surge una imperante necesidad por escribir, algo que no me permite la lectura.
Estoy feliz, además porque encontré varios libros suyos en versión PDF. El más bonito para mí es este, su poemario Los perros románticos.

Disfrútenlo.

Nota: la imagen es la portada de una edición del poemario. La he encontrado en la página web de Roberto Bolaño de la UNAM.

viernes, 1 de enero de 2010

Link Pensamiento y lenguaje

Les dejo el link del blog de Susana Frisancho, donde se puede leer el ensayo "Pensamiento y Lenguaje: Piaget y Vygotsky":

Asimismo, les dejo el link de una breve reseña por los 150 años de la Teoría de la Evolución, de Dante Solano, posteada en el blog del movimiento estudiantil Vanguardia Universitaria:


Espero hayan pasado una bonita celebración de fin de año :)