sábado, 4 de septiembre de 2010

I love PUCP




Han pasado ya 5 años desde que ingresé a la Universidad Católica. Todavía recuerdo cómo fui vestida, qué cuaderno llevé el primer día y, por supuesto, los nervios propios de una newcomer, porque la Universidad Católica es una comunidad de práctica, finalmente.

Ahora que ya estoy a portas de dejar de ser alumna de la Universidad, me da la nostalgia, sobre todo porque me topo con algunas cosas que me recuerdan mis primeros días de universitaria. Por ejemplo, acabo de ver una versión digital de una edición del Punto Edu (semanario de la Universidad) del año 2005, año en el que se inició la publicación del mismo; una noticia del nombramiento como profesor emérito al maestro Luis Jaime Cisneros (antiguo profesor de Estudios Generales Letras) y un largo etcétera.

En estos momentos, en que lo pienso bien, los dos primeros años de Estudios Generales Letras representaron para mí una experiencia académica muy rica pero también una buena experiencia personal, pues conocí a algunos de mis mejores amigos, tuve conversaciones muy interesantes, leí literatura (cosa que ya no hago mucho ahora) y, sobre todo, sentí que esta Universidad era el lugar correcto para mí.

Cuando ingresé a Psicología, el escenario fue diferente: si en los estudios generales me empapé de idealismo, en la especialidad me fui dando cuenta de la posición poco privilegiada de la Psicología en nuestro país para generar bienestar en las personas, pero al mismo tiempo comprendí que la maravilla del ser humano radica principalmente en su enorme capacidad de aprendizaje y en su naturaleza social, y esto es algo que me apasiona!! Los psicólogos, quiero recalcar, no somos quiromantes o lectores de mano, somos científicos dedicados a comprender los procesos psicológicos y el comportamiento humano para, a partir de ese conocimiento, buscar mecanismos educativos, sociales, etc. que redunden en el bienestar de las personas. Esa es nuestra función.

Entonces, la PUCP me ha dado dos cosas: el ideal de una sociedad mejor y al mismo tiempo, la ciencia, que nos permite darle otra mirada a nuestros ideales, a nuestra propia naturaleza. La PUCP, en resumidas cuentas, me ha dado mucho, y lamento que en estos momentos este pasando por un litigio como el que actualmente enfrenta con el arzobispo de Lima.

Este pequeño texto es mi cruzada por la autonomía de nuestra institución.


Claudia Zegarra
Estudiante de Psicología PUCP