Qué maravilloso es el amor. Hoy es distinto que hace algún tiempo, ahora nos reservamos el derecho de nuestras caricias para la intimidad, ahora caen sobre nuestros hombros mayores responsabilidades y no podemos quedarnos mirándonos embobados, porque el mundo es más que nosotros dos.
Hoy me puse a pensar que somos más que novios, que somos más que la piel y los besos de estos años, que de alguna manera lo mejor de cada uno ha llegado desde que nos pudimos conocer, desde que este amor nos enseñó a mirarnos a nosotros mismos.
Hoy me di cuenta que sé, en el fondo, que prefiero y entiendo tu manera de querer, objetiva y racional como tu mente: hechos concretos, sacrificios hechos; y que además de eso, eres capaz de volver a la ternura inicial.
Escribiendo esto pienso que sigues siendo el único hombre que me ha querido así y que yo he querido así, amando con la intensidad de la fusión de la que nacen las estrellas.