lunes, 5 de noviembre de 2007

A quién le importa los vacíos de una almohada


¿Qué es lo que te marca?

El color negro del cielo de mi soledad
y la ventana que abro cada madrugada
me han hecho ver a punta de patadas
que confundo la tristeza con la realidad
y que el desencanto no se traduce como la verdad.

Ya veo por qué en la sierra verdusca
fuiste feliz e hiciste de ese tiempo
el disco que escuchas cada día.

Yo quiero olvidar que un día te fuiste
persiguiendo tus sueños de amor.


Viniste un mediodía de verano
con tus lecturas ávidas
tus lentes oscuros
y tu cigarrillo
fue un verano tan tibio
y estuviste tú
hablandome con tu voz de tango.

Tú viniste una tarde
hablando del amor
y de la muerte
de la que no rehuimos.


Algunas veces ya intuìa
que en medio de tus historias y tus mentiras
se escondía tu alma dolida
ahora veo la sangre de los reflectores
cuando las luces cayeron en otros rostros
y tú te escondiste en una sombra.

¿Qué puedo decirle a su estúpida nostalgia?

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