Es momento de quehaceres académicos
pero yo prefiero escribir.
Es momento de alejarme de la vulnerabilidad
pero yo ya estoy acostumbrada a ella.
Sus palabras, pedazos de vidrio sobre unos labios
que se han retorcido para llorar,
un quiste sobre el pecho que no le permite una carcajada.
Él y sus palabras que siempre y nunca tienen vanidad.
La perfección hecha sueño
y ya no más que escribir de esto
porque ya él me ha robado mi tiempo
que no me quite este tan valioso.
domingo, 20 de enero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario