sábado, 4 de agosto de 2007

Una noche estrellada


Admirar la belleza celestial
En una noche estrellada
Ser por una única vez
Ser de la naturaleza
Ya no alejado,
Ya muy cerca.

Admirar la belleza celestial,
la Luna, la Vía Láctea y las estrellas
¿De qué sensibilidad hablas?


Y la lluvia también cayó sobre ella.


Las estrellas, el cielo
celosos se ocultan
tras el telón plomizo,
es que hay muchos reflectores
(esos que siempre nos persiguen)

Y ella también ama
la luz de la Luna
cayendo sobre sus esteras.


En la Horrible
(Que tú no conoces bien)
Los colores,
Las temperaturas
Y la belleza
Son tan dispares.

Demasiada estética
Demasiada.

Mira las estrellas,
Mira las esteras.

La perfección es divina
La putrefacción tan humana
Los contrastes son tan humanos.






Y ella admira las estrellas
Desde un agujero
Debajo de las esteras.

Las admira.

Pero donde no hay
No se mira.


Y como la Horrible,
Celosa de ser tan horrible,
nos esconde los astros divinos,
nos muestra otros.


Ella y él
Pueden sonreír
Debajo de las esteras
Haciendo el amor
Sobre retazos sucios.

¡Dime si no es maravilloso!
Y aquí no hay ni estrellas
Que adornen el escenario.
Los astros son las sonrisas
En medio de la miseria.


Tú buscas
Una mujer fina
Con la que puedas
Hacer realidad tu sueño gardeliano.

¡Tú sueñas con tantas cosas!

Con unas copas, las estrellas, la Luna
¡Qué maravillosas!

Y los cabellos de oro
Y la piel pálida
Y las estrellas y la Luna
Y un tango de Gardel
¡Qué hermoso!





Pero,
aquí ella te ofrece
una estera,
hacer el amor
bajo las luces
de una pasión
que ama las estrellas,
pero no las encuentra.

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