lunes, 10 de septiembre de 2007

*Miradas Vs. Observaciones*

"Corazón de cristal, corazón de quimera."
"Cómo estaré de solo que le estoy cantando a una canción."
(Jorge Drexler)


Alguna vez me ha dicho una amiga que no sueñe con gringos, que yo no los he de tener. Muchas veces, como ahora, creo que tiene razón. En otros momentos, me pregunto por qué no puedo tenerlos. Será que la ley del amor debe ser como la ley de la suma: "no podemos sumar papas con camotes"; aplicándola a este caso , no puede ser posible una serrana con un gringo, o un hermoso con una fea. Me parece ridículo, pero parece cierto.

Muchas veces de estas veces, he creído que debería estar prohibida, por una cuestión biológica, la fealdad en las mujeres. Puesto que, desde un punto de vista psicológico, "la mayoría de hombres son visuales y la mayoría de mujeres, auditivas". Es decir, que a los hombres lo primero que les impresiona es lo físico y a las mujeres lo que escuchan de las bocas de los hombres ¿Cómo la genética y la biología humana(de la que nos admiramos tanto, por su "perfección") pueden traer al mundo mujeres feas? Eso es ir en contra de la conservación de la especie.

Las mujeres feas(o no del todo bellas) tenemos que jugarnos una mala pasada en el mundo. No digo que nadie nos quiera o que no podamos ser admiradas. Pero, debemos esforzarnos el doble. A ver díganme uds. ¿Cuántos hombres bellos han visto con mujeres feas y cuántas mujeres bonitas, con hombres feos?
La respuesta creo que es generalizada. Pues sí, las feas(o no las del todo bellas) tenemos que ser si no dulces, inteligentes; si no interesantes, tener una personalidad arrollante. Alguna vez leí en el blog de alguien, que la belleza (derrepente como consolación para los feos) es gratuita, no les cuesta nada. Y eso es cierto. Entonces, ¿por qué admirar tanto la belleza y no, las lecturas o la bondad de alguna muchacha? Por eso digo, que entre el hombre y la mujer, el hombre es menos inteligente, pero más romántico e idealista(ellos son los que se enamoran como estúpidos, no nosotras, chicas =D). Pues, un rostro que le puede recordar que Dios existe, le hace construir toda una torre de cualidades que, posiblemente, no tenga su amada.
Los hombres nos aman porque hay algo en nuestro aspecto que los llama a querernos. Ellos nos aman antes de conocernos, antes de captar nuestra esencia. Puede, también, claro que los hay (y es en ellos en los que guardo toda mi esperanza), los hombres que se enamoran de la esencia y luego de la apariencia porque, a través de ella, captan la esencia. Conozco casos así. Pero, ahora se me ocurre, que no hay mujer fea( pero tampoco mal arreglada), sino mal observada.
Yo creo que soy mal observada, o mejor dicho, mirada pero no observada. Cuando uno observa y conversa es el momento donde uno puede captar más de la persona.

Hay un muchacho que creo que me observa, no sé por qué. Y yo no lo puedo observar, solo mirar. ¡Ah! ¡Por qué no! por qué seré así tan complicada, con tantos sueños de amor estúpidos, es preferible un muchacho simple como él, a uno que al mirar el cielo(no el de Lima) dice que su belleza es una muestra de que Dios existe (pero que no me observa, porque no le recuerdo eso). ¡Ah! Pero él es tan especial...allá la cojuda que no lo observa. (¿Dirá lo mismo el muchacho simple que me saluda con ojos asustados y con la mano levantada?) (Prometo tratar de observar a quien sí me observa!!)

1 comentario:

Jol dijo...

Hace algunos meses me encontraba con una frase en la "Ventana pintada", "[...] ver sin mirar". Cuando escribo, ciertas veces me esforzaba por 'mirar viendo' que no vaya aludir de manera solapa esa frase que me entretuvo durante varios minutos y que quise componer cuando veía, en verdad tal vez no miraba. Depende en todo caso que alguna remota región de Extremadura o Sevilla diera por connotación diferente a cualquiera de esas dos acciones.

Si la diligencia lo demanda, iríamos a la Real Academia de la Lengua y así defenirían a 'mirar' (las rayas oblicuas aludirán a las acepciones de la palabra): dirigir la vista a un objeto/observar las acciones de alguien/revisar, registrar/tener en cuenta, atender/pensar, juzgar/inquirir, buscar algo, informarse de ello/... /cuidar, atender, proteger, amparar, o defender a alguien o algo/tener mucho amor y complacerse en las gracias o en las acciones de alguien (el diccionario ejemplifica de la esta acepción: "siempre se mira en sus hijos")/tener algo en gran estima, complacerse con ello ("mira mucho por sus amigos")/... La Real Academia, como verás si consultas la palabra, delimita el término encerrándolo en otras frases y, por ello, en algunos ámbitos, casi literalizando el significado; además, la definición es hecha en función de cómo hace uso la comunidad hispanohablante de él o ella (palabra o término, vale el género).

'Ver', 'ver', 'ver'. Cuando he pensado en esa palabra, argumenté que ella a diferencia de 'mirar' no tiene un alcance tan personal en el ámbito lingüístico de nuestro país, al menos; quizá pueda prolongarse la idea hasta englobar a toda la comunidad. Los significados de ver según la RAE: percibir algo con cualquier sentido o con la inteligencia/observar, considerar algo/visitar a alguien o estar con él para tratar de algún asunto/atender o ir con cuidado y tiento con lo que se ejecuta/considerar, advertir o reflexionar/conocer, juzgar/examinar o reconocer si algo está en el lugar que se cita/... Si comparamos algunos de los términos (a mi juicio los que admiten el propósito implícito y que develaré), la notoria diferencia es que 'ver' no compone una conotación tan personal y afectiva como 'mirar'.

¿Qué propósito, qué propósito? "Ni qué ocho cuartos" (eso da dos). Aquí no solo se ve; es decir, se ha contrapuesto el observar al mirar. Bueno, pues, observar: examinar atentamente ("observar los síntomas de una enfermedad")/guardar y cumplir exactamente lo que se manda y se ordena/advertir, reparar/mirar con atención y recato, atisbar. Aquella palabra tiene menos definiciones; al igual que 'ver', ella no connota algo personal, a lo mucho si la entendemos cuando es definida con 'mirar' en la tercera definición. Lingüístacamente, ahí mi propósito, no podemos expiar mucho acerca del sentido que otorgamos como hablantes a estas palabras. Sin embargo, no mucho, y sí nos ha servido para detectar que efectivamente Somoza tenía algo de consistencia con el diccionario y con el sentido que le damos a la palabra.

Y ahí entra una de las ideas de lo que escribiste y la que le da movimiento a tu postura para con este tema de la belleza en las mujeres, más acentuado que con los hombres. 'Mirar', 'mirar', 'mirar'. Cuando se estimula de una manera acuciosa a nuestra visión, nosotros nos detenemos a mirar aquel estímulo. Esa acción es automática, partimos de un grupo selecto de cognición inmediata y ahí estamos: ver mirando a ella (voy a donde te acentuas). Por tanto, la belleza es eso a veces: un estímulo que activa ese paquete de cognición; al final,tan inmediata que puede ser un prejuicio.

Empero, existen personas que no se toman las cosas con miradas tan en falsas ("pasos tan en falsos"). Una vez le dije a una compañera: "La belleza es la cosa que pese a que no tiene voz, sabe mirar a todos, pero a veces no la sabemos mirar, como a veces no supimos por qué la creamos". Es cierto. Si nos miramos solo vamos a tener algunos rasgos que se han registrado en ese conocimiento que tenemos socialmente de belleza. Al menos en las personas, es lo que asumo, la belleza se construye socialmente. Y lo social está en función al tiempo y en qué sociedad lo admitimos.

A la compañera, recuerdo que fue un comentario en un blog, le gusto esta frase; me da algo de pesar que no haya podido tratar con ella, como aquí, la belleza de las personas. Ella se hacía llamar Laura Hammer en estos blogs. Te lo digo para que quede claro, y no tengas inquietud. Entonces, para terminar, no tenemos que ponernos cabizbajos por no ser mirados y solo ser observados (o vistos), tan solo dejarnos ver para quizás ser mirados; y mirar cuando haga falta después de observar o ver.

Hasta que platiquemos.