martes, 11 de marzo de 2008

¡Huye!



Para M. Porque, en estos tiempos, se da la dicha de ser libre, de Soñar.

Juguemos a un escape
y cambiemos el mundo
desde un velero de ensueño,
dormamos en las sábanas
de un cielo que no es nuestro,
de una alegría que es efímera
de una belleza que está guardada
para los lugares fríos
como ese del que vienes
con tus historias inventadas.

Vayamos a querer cambiar
la ignorancia por la sapiencia
mientras se baila una linda cumbia
y sequemos las lágrimas mientras tratamos un tango
ese que esconde tu alma nostálgica.

Tomemos ese velero
que viene de rifa en un ciudad
que tiene el nombre de tus ojos
que me miran sin un color
y huyamos y fundemos un país
en el que cada niño
nazca de un amor verdadero.

Escapemos de lo momentáneo,
busquemos lo eterno,
entendamos las posiciones encontradas
de Narciso y Goldmundo
mientras escribimos una novela
que cuenta la aventura de una huida
de una vida que dejó de ser vida.

2 comentarios:

Jol dijo...

Delicioso poema. Siempre te agarras de esos versitos y qué bien lo haces. Tienes ese don que tienen algunos para poder musicalizar las palabras, salir de la penumbra, estallar imágenes, silenciar palabras. A diferencia de la prosa, el verso te permite un ritmo y, con él, interferir las percepciones. Así como somos de visión sendo científica (eso que sobrenombran realismo), también somos de fantasía y de hechos que no suceden.

En la literatura, en general, para mí algunos de estos hechos suceden porque queremos y suponemos que un lector verá cómo suceden. Es la libre expresión, y la poesía es su elemento más inestable.

capitán pezuña dijo...

bien. ya nos estaremos leyendo.