El ser mujer no se restringe únicamente a un género sexual. El papel femenino se construye no solo a partir de su situación biológica y psicológica, sino, y básicamente, surge dentro de un contexto socio-cultural.
El rol femenino ha ido transformándose así como las sociedades han ido cambiando su visión frente a la mujer.
Hace aproximadamente un siglo, algunas mujeres consideraron que la mujer no podía ser excluida de un derecho ciudadano como es el el voto. A partir de este cambio, ha surgido una serie de transformaciones que han apuntado a la igualdad de géneros. Así, hoy las mujeres podemos ir a la Universidad, vestir con faldas cortas, perder nuestra virginidad antes del matrimonio, votar, formar parte de gobiernos y de asociaciones ciudadanas, ser empresarias, revolucionarias, etc.
Si bien es cierto que la constitución psico-física de la mujer es distinta al del hombre, esta no puede restringirla únicamente a algunas labores "típicas" de la mujer como el ser maestra, secretaria, etc. Hoy, en Latinoamérica, contamos con mujeres presidentas, otras que forman parte de las carteras de ministros y un sin numero de mujeres que trabajan conjuntamente en pro del progreso de sus sociedades.
Nuestra historia registra que se dio la ley del voto femenino por una cuestión únicamente de interés y de mera copia de sociedades más modernas como la norteamericana o europea.
El cambio se debería dar básicamente en la ideosincracia de las mujeres y de los hombres. El detestable machismo sigue aún calando nuestra sociedad, la violencia familiar; la libertad de la mujer muchas veces no se encuentra al mismo nivel de lo que, en apariencia, hemos logrado.
No se trata solo de ser "modernas" por utilizar Internet, escoger a mi compañero o tener una profesión, se trata de vivir como mujer dentro de las exigencias de una sociedad que aún no logra la igualdad. Para las jóvenes como yo, con educación superior y una mediana cultura, sería fácil seguir luchando únicamente por nuestros propios sueños y aspiraciones. Sin embargo, como dije al inicio, el rol femenino debe construirse a partir de la realidad socio-cultural del país en que vivimos; es así que las muchachas con más fortuna que otras deberíamos ayudar a que las mujeres marginadas de nuestro país realmente gocen de ese "modernismo" que a nosotras sí se nos ha permitido vivir.
Si la sociedad hoy nos permite ser un agente movilizador dentro de ella, por qué no apuntar nuestras acciones hacia esos cambios. Si un hombre pobre sufre, una mujer pobre sufre doblemente porque si la pobreza ya nos acorta las alas para soñar y actuar por un mejor futuro, la mujer pobre sufre a consecuencia no únicamente de sus escasas o nulas posibilidades, sino que es también presa por no tener libertad de pensamiento con respecto a su propio género.
Así que dejemos un momento de querer parecernos a las modelos de Ripley o de Saga, de pensar en las balerinas de moda y pongámonos a pensar un momento en que parte del goce de nuestro género se debe a la lucha de mujeres anteriores a nosotras; luchemos, al igual que ellas, por ser una sociedad igualitaria. De repente, las mujeres podemos hacer la diferencia.
Feliz día de la mujer! =)
Y aquí les dejo esta canción hermosa. John la escribió, en principio, para su china, aunque después dijo que estaba dedicada a todas nosotras. =)
**Woman-John Lennon**
4 comentarios:
Otra vez, caray, ha habido una coalición femenina para hablar de este tema (risas). Esta coalición y muchos otros recordaron a la mujer ayer pero no, como en el día de la madre, el día de Santa Rosa de Lima, el día de la secretaria y otro día que no recuerde; sino como una abanderada por la libertad y su independencia, y siempre en vínculo íntimo del machismo (al final en los géneros en la paz y en la guerra se quieren, ya sea asesinar o reproducir). Así, el avance de la mujer fue a expensas del machismo. Y más de una vez, cuando vemos a la sociedad, platicamos con nuestros amigos, conocidos, leemos la prensa escrita y nos enteramos de hechos que nos hace pensar que en Lima y en nuestro país aún no ha calado la libre determinación de la mujer.
Nadie lo menciona, no nadie, pero sí actúan sugiriendo que aún la mujer responde a prototipos inferiores a los prototipos masculinos. Ahora, estaría justificado quizá cuando hablamos de los físicos, pero esas características se prolongan a las actitudes y terminamos viendo a las mujeres que esperan al galán en las telenovelas mejicanas (escribí una crónica que apenitas tironeaba ese tema). Y un prototipo como este es del que se vale nuestra concepción machista inexorablemente heredada, como heredada tenemos la nacionalidad.
Aquí yo veo que la interacción es central porque es el primer paso para darnos cuenta qué tan machistas somos. Suelo comentar que muchas veces las invitaciones entre hombres y mujeres corren bajo la tutela del hombre y la espera de la mujer; también que en una salida tendrán que compartir y ¿cómo lo harán la mujer y el hombre? Alguna señora dirá educadamente, ¡con modales! ¡La mujer como toda una dama; el hombre, un caballero! Esos son los términos y los prototipos. Generalmente, encrisparemos nuestros oídos si hablamos de "damadosidad"; en cambio, bastantes daremos visto a la "caballerosidad", ¡cómo no! Esta sería la telenovela limeña más vista de todos los días cada vez que salimos o solo si permanecemos en nuestras propias casas. De manera que esos prototipos son los que se nos imponen después de que también se nos imponen los colores: algunas veces, rosado para la niña y celesta para el niño.
Sin embargo, hay algunas cuestiones que deben subrayarse. Los géneros sí son diferentes físicamente y, sobre todo, biológicamente y psicológicamente (bien lo señalaste tú). Por ello, ayudan esos colores que mencione. Porque en el interior de la sociedad las personas se mueven desempeñando roles. Y, hoy, la cultura como producto de la acción humana forma esos roles abstrayendo las diferencias y por eso que se habla, hablaste, de la "igualdad de géneros". Esta abstracción es la que hay que cuidar como fue cuidadosa su producción. Pues, para casos particulares las abstracciones suelen caer por sí solas y pierden validez. En el caso de una mujer embarazada y con dificultades para dar luz por una posible cesarea no voy a hablar de una igualdad con su esposo.
Esta abstracción impide que el prototipo domine los roles de ambos géneros. Las madres podrán desempeñar las mismas labores que los padres porque ambos son individuos. Cuando se sostiene que la madre no podrá trabajar porque tiene que cuidar de los hijos y de que es imposible ver la posibilidad de una tutora porque "no hay mujer como la madre", se está favorecienco el prototipo heredado de la sociedad. Pienso, más bien, en que la crianza del hijo le confiere a ambos progenitores por igual, al igual que su condición si no tuvieran hijos. Mira que cuando digo igual nuevamente estoy abstrayendo diferencias particulares (la madre se diferencia psicológicamente del padre porque ella estimula con su apariencia menos tosca y eso sí lo notan rápido los niños, la psicomotricidad lo facilita). En la particularidad, como quien mira con microscopio, encontramos las diferencias y es difícil hablar de igualdades.
De llano, como no pensamos mucho en las particularidades, cogemos los prototipos para interactuar y ver en la sociedad. Eso no está nada mal. La tarea que nos resta es cambiar esos prototipos por otros que respondan más a los nuevos roles iguales e igualitarios (igualan condiciones) de acuerdo a las abstracciones que pasan a nuestros valores culturales. Esta idea vale para todas las sociedades occidentales según sus denominadores. Y eso implica descartar el machismo o cualquier misondría –también el feminismo, esa coalición femenina de la que hablé no es coalición feminista, no te vayas a confundir–. En adelante, para otras generaciones, dejemos otra herencia.
Grata esta oportunidad y que ojalá sirva este comentario, Claudia; nos vemos, gracias.
Acotación. Cuando dije que podemos ser un agente de cambio dentro de la sociedad, no me referí a que no exista ninguna dificultad, sino a que, por lo menos, tenemos la posibilidad. La posibilidad, la creencia suficiente en nuestras propias aptitudes y habilidades, propias de nuestro género y también de nuestra especie.
Nunca el hombre será como la mujer, ni viceversa.
Nos hace falta vencer esa lacra del machismo,que como tú bien dices, vive dentro de nosotros por una tradición difícil de romper.
Por otro lado, el que exista el día de la mujer ha sido asignado comunmente como un signo de que aún el género femenino es débil, pero algunas cosas deben comenzar de esa manera.
Finalmente, creo que el femenismo es exactamente lo mismo que el machismo, pero no podemos negar que, en casos como este, lo radical ha traído algunas consecuencias positivas.
Ser femenista, como ser machista, en estos tiempos ya no tiene sentido, cuando somos, al menos concientes,de que ambos son posiciones radicales que lo único que hacen es denicrarnos los unos a los otros.
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