Los rostros de ayer
han vuelto a aparecer,
esta vez, en tres dimensiones.
Los antiguos labios
han vuelto a tocar mi puerta,
llenos de sus discursos de siempre.
Todos parecen volver,
menos tú.
Quizás te hayas ido
para no volver,
pero alguna vez
habitaste esta casa,
dejando tu esencia
en botellas
de agua y vino.
Lo de ayer
hoy me sabe tan distinto.
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